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vino con sandía       

Armando Zeblox
jueves, marzo 31, 2005
 
sobre la violencia injustificada
Vino con Sandía se alegra de las más de cuatrocientas cartas que recibimos en las últimas semanas, y se enorgullece del éxito que ha despertado en el mundo del blog. Son muchos los medios masivos que se han puesto a afirmar -precipitadamente, quizás- que Vino con Sandía es el arquetipo de todo blog honesto y maduro.
Honestos y maduros, nos han llamado, Boris. Eso es festejable. Lo que no es festejable es que el mundo esté como esté. El otro día me contaron que asaltaron a una anciana en no se qué lugar de Inglaterra y luego fue multiviolada con una lapicera Parker Vector. Según me comentaron, ella sentía las marcas del asalto por todas partes. Y eso no me parece. No me parece justo; es más, me parece sumamente injusto. Debe ser culpa de Vino con Sandía, que es un éxito exorbitante en todo el mundo, y resulta ser una influencia: pareciera que si existe Vino con Sandía, entonces se puede hacer cualquier cosa. Si no se dejan de molestar a los viejos decrépitos, vamos a tomar severas medidas, como limitar este blog a algunos países nada más. No sabemos si se puede hacer, pero si se puede, será hecho. No quepan dudas. Así que es menester que actúen con cautela. Nosotros sólo avisamos y advertimos; después no nos vengan con zonceras.

lunes, marzo 28, 2005
 
mail
"I wanted to congratulate you on this fine work wich is Wine with Watermelon.
I must confess that I envy Argentinians. I`d like to have more men like you and Zeblox in our country, ready to give their life for a just cause.

Wine with Watermelon is an inspiration for all the politicians in my country. From its birth it has helped us to delineate our exterior politics.

Eternally yours,

George W. Bush, president of the United States of America.

PS: Certainly I will be present in the celebrations for the first year of Wine with Watermelon. I hope that also Luciana Salazar should be present, so I can move her like Robbie Williams and Marcelo Zlotogwiazda did."

sábado, marzo 26, 2005
 
no me tirés con cuchillo
Ayer, escuchando a María Elena Walsh, mi hijo comprendió que la primera impresión es la que cuenta. Yo estaba leyendo el diario, y él vino y me dijo: "Che, papá, ¿te diste cuenta de que si nos invitan a reuniones muy formales, quizás las disfrutemos de veras solamente si nos encontramos de inmediato con teteras de porcelana invisibles y naranjas caminantes?"
Yo le dije que eso era una cuestión filosófica muy importante, y que realmente no tenía las herramientas necesarias como para exponerle una respuesta consistente. Mi hijo se fue llorando y yo seguí leyendo el diario, sabiendo que estas cosas lo fortalecerían a largo plazo.

jueves, marzo 24, 2005
 
correspondencia que corresponde
"Yo no puedo creerlo. Vino con Sandía está cada vez mejor, me siento cada día más a gusto leyéndolos.
Pero tengo unas preguntas: ¿Qué pasó con Bolita? ¿Y con Rolita? Deberían inventar personajes nuevos. ¿Van a seguir hablando de Armando Zeblox y Armando Zeblogs? Me parece que ya aburre. Si siguen con lo mismo me voy a cambiar de blog. Pero yo los sigo todas las tardes, eh. Sépanlo.
¿Van a hacer algo ahora que cumplen su primer año? Espero que se pongan nostálgicos y hagan una buena recopilación de los buenos momentos. Ahora ya no es lo que era. Igual Vino con Sandía está cada vez mejor. Les haría una torta de cumpleaños. Una torta gigante. Pero no sé. No sé hacer tortas.
Espero que después del cumpleaños de Vino con Sandía, sigan haciendo cosas, lo mejor de ustedes, porque es obvio que cuando se acercan las fechas festivas, uno se entusiasma más. Es como las bandas de rock que se vuelven a juntar a los veinte años pero después se separan.
Bueno, pero sigan así y no paren, ¡eh! Desde acá les hacemos el aguante."

(Carta enviada por CHUNG YEO MI, 23 años)

miércoles, marzo 23, 2005
 
vino con sandía
Cada cultura tiene su propia interpretación sobre qué acontecimientos provoca el beber vino y comer sandía. En Argentina, un pequeño país al norte de Brasil, se dice que el beber vino con sandía lleva a la muerte.

El argentino César Milstein, años después de haber obtenido el premio Nobel de Medicina, dejó de lado las líneas de investigación que lo habían llevado al éxito y se dedicó a lo que realmente le interesaba: los procesos que llevaban al óbito después de ingerir vino con sandía. Lamentablemente su trabajo quedó inconcluso. Murió a los 83 años en Boulogne-sur-Mer en circunstancias por demás extrañas: se lo encontró desnudo en una cama de un motel de dudosa reputación, abrazado a una enorme sandía con varios orificios. En su rostro presentaba una sonrisa imborrable.

En México no hablan de la mezcla de vino con sandía. Allí dicen que si el día después de una peda te comes una sandía, te mueres. Es la famosa secuencia vino-sandía-muerte.

En el país desconocido asocian el vino con sandía al enanismo y a infecciones genitales a repetición. El diario londinense The Sun publicó que Lady Diana presentaba numerosas alteraciones en su cachucha y sus médicos le habían recomendado que dejara de mezclar vino con sandía. Poco tiempo después la princesa murió, tal vez por esta adictiva y mortal combinación.

Para mayor asombro, hay quienes le atribuyen a esta mezcla poderes curativos. Crop (1) afirma que el vino y la sandía juntas tienen el poder de curar la viruela, la tos convulsa, la difteria, el polio y el pie diabético.

Yo tiendo a pensar que el vino y la sandía son como todo. O sea, no son ni buenos ni malos, eso depende del uso que el ser humano les de. Como pasa con la televisión, internet o el tráfico de armas.

Reportó para VCS: Boro, Jerusalem.

(1) Crop es un profeta oriundo de Córdoba, una provincia de la llamada patagonia argentina. Este personaje se hizo popular en el 99 por su propuesta de construir una pirámide de mazapán para atraer ovnis, que al parecer estaban reduciendo al mínimo sus visitas al Cerro Uritorco. Frente a la negativa del gobierno local a colaborar, decidió hacer un pozo de varios metros de profundidad en el fondo de su casa, explicando que se trataba de la pirámide, pero invertida.

 
el canto de la merluza sabe a pionono
Eran las cuatro de la mañana. Antonella y Gregorio estaban durmiendo. De repente, Gregorio se despertó y le habló a su mujer, quien hasta ese momento continuaba durmiendo:
-Antonella, siento que se avecinan imparables aires de renovación social.
-Bueno, pero si te vas a tirar un pedo, te pido por favor que te levantes y vayas al baño.
Gregorio se levantó, pero no fue al baño, sino al living-room, donde se puso a revisar su extensa biblioteca hasta encontrar un libro de imágenes que decidió tomar: Oriental erotic art, de Philip Rawson. "Este libro me ayudará a quedarme dormido nuevamente", se dijo a sí mismo.
Tras terminar su libro, y al ver que no se podía dormir, decidió ir hasta su escritorio, agarrar el aparato telefónico y llamar a su psicoanalista.
-¿Diga?
-Este... ¿Felipe?
-Sí, el mismo.
-Ah, qué tal, le habla Gregorio... Disculpe que le interrumpa a estas horas...
-No hay problema.
-No estaba usted durmiendo, ¿no?
-No.
-¿Seguro?
-No se preocupe. ¿Cuál es el motivo de su llamada?
-No me puedo dormir. Siento que se avecinan imparables aires de renovación social.
-Ajá.
-Y no me puedo dormir, como ya le dije.
-Y dígame, ¿cómo son esos aires?
-Imparables. Se avecinan. Y son imparables.
-Comprendo.
-Y le reitero que no me puedo dormir.
-Entiendo. ¿Y hay algo que usted puede asociar con eso?
-¿Con qué cosa? ¿Con los imparables aires de renovación social que siento que se avecinan, o con que no me puedo dormir?
-Con cualquiera de los dos, o con los dos.
-Con cualquiera o con los dos -repitió Gregorio, y se quedó un rato pensando con el tubo del teléfono en la oreja, hasta que su psicoanalista le habló.
-Sí. ¿Hay algo que se le ocurra?
-No. Pero ahora me viene a la mente una canción de un conjunto español de los noventa que a mí me gustaba mucho... No me acuerdo ni el nombre del conjunto ni el de la canción, pero ¿quiere que se la cante?
-Dejémoslo para otro día, mejor. Quizás a usted lo que le conviene sería tomar un vaso de leche, o contar ovejas. ¿Sabe contar ovejas?
-No, jamás lo practiqué. Pero puedo intentarlo, seguro que sí, debe ser fácil.
-Perfecto. Haga lo que le dije, y lo espero en mi consultorio el jueves...
-En el horario que ya habíamos quedado -dijo rápidamente Gregorio.
-Sí.
-A las...
-A las quince horas del día miércoles, Gregorio.
-Bueno, gracias de veras. Muchas gracias por su ayuda.
-No es nada. Que esté bien.
-Gracias. Chau. Hasta luego.
-Hasta el miércoles.
Gregorio escuchó a su psicoanalista cortar el teléfono, y luego colgó el tubo él también. Volvió a su habitación y le preguntó a Antonella si alguna vez en su vida iba a tener un mejor psicoanalista que Felipe:
-¿Alguna vez en mi vida voy a tener un mejor psicoanalista que Felipe?
-Qué se yo -contestó Antonella, con un tono de voz poco cordial, mientras se acomodaba la almohada de modo tal que no pudieran entrar en su oído más palabras de su marido.
Felipe se acostó y finalmente se durmió, pensando en muchas ovejas que cruzaban todas juntas un pequeño arroyo, y en un pastor que iba saltando por todos lados justo detrás de ellas.

viernes, marzo 18, 2005
 
gorgojeos
Hoy me levanté gorgojeando, o no. Me parece que en realidad fue haciendo gárgaras. No sé. Tengo los recuerdos atrofiados. Mejor no sigo. Gracias por el amor con el que me leen.

Marcela Gertzstejn
Diseñadora del layout de Vino con Sandía

domingo, marzo 13, 2005
 
voy a trabajar
Hoy me desperté con un dolor de piernas terrible. Debe tener que ver con lo que fue la noche de ayer, no podría explicar lo que fue. La pasamos genial, la verdad. Rubén estuvo increíble. Jamás lo había visto tan fogoso, de veras. ¿Vieron cuando te agarran escalofríos? Bueno, eso me pasó. Igual de todos modos la verdad es que no me aguanto este dolor. Me duele un poco la cabeza, también. Y encima hoy tengo que hacer un montón de cosas: limpiar el cuarto, lavar los platos, no sé, mil cosas. Estoy medio desesperada, porque además mañana empiezo a trabajar. Por fin un trabajo digno: voy a repartir volantes de peluquería en la esquina de Callao y Córdoba. Es una zona hermosa, la verdad. Igual como que no sé bien qué hacer. No sé cómo vestirme. Me parece que voy a llevar el push-up y el suéter verde. Eso es lo mejor. Me voy a vestir como sólo a mí me sale. Una diosa. Será una experiencia buenísima en mi vida, no como mis trabajos anteriores. Acá me voy a poner en contacto con la gente, voy a comunicarme. Eso me gusta y me parece super importante. Voy a hacer mi trabajo mejor que nunca. Y me voy a conseguir un novio excelente que tenga un blog, no como Rubén.

sábado, marzo 12, 2005
 
por fin gozaremos
Vino con Sandía es una publicación independiente, y eso realmente nos pone varios impedimentos frente a nuestras narices. Por ejemplo, no nos permite tener remeras que tengan el logotipo de Vino con Sandía impreso. Hoy, que es tan frecuente comprar cualquier cosa en un shopping mall y que te llenen de objetos inútiles para que nunca te olvides de la compra que hiciste, Vino con Sandía se muere de vergüenza por no poder obsequiarle nada a sus lectores cuando nos visitan. Pero el problema radica en que no tenemos sponsors ni nada por el estilo. Es lamentable que nuestros lectores sean demasiado exquisitos como para poder disfrutar plenamente de nuestro blog sin que les regalemos algo a cambio.
Para ponernos a la altura de ustedes, que son lo que más amamos en el mundo, hemos decidido lo siguiente: a partir de hoy, Vino con Sandía ya no será más una publicación independiente. Han quedado sin valor las viejas afirmaciones de que Vino con Sandía era una publicación independiente.
Actualmente, Vino con Sandía se encuentra en relación de dependencia; recibiremos pensión estatal y subvenciones internacionales. La UNICEF nos entregó mantas y ropas de invierno, mientras que varios gobiernos, partidos políticos, iglesias y empresas nos han dado dinero suficiente como para pagarnos un diseñador web.
Pronto, Vino con Sandía contará con animaciones, juegos, y diversas secciones tales como grandes éxitos memorables, conocé la historia de Vino con Sandía y efemérides. De esta manera, nos convertiremos en el mejor y más divertido blog de la región, del país, del continente, del hemisferio, del mundo, de la vía láctea y de otros lugares donde seguramente no saben bien qué es un blog.

sábado, marzo 05, 2005
 
sobre las patologías femeninas en tailandia
Resulta que la cosa se desarrolla del siguiente modo: la histeria es un problema muy grave, que afecta a muchas mujeres en el mundo. Tailandia, por ejemplo, padece los peores porcentajes: del 100% total, el 28% son fóbicas, el 16% son neuróticas obsesivas y el 56% restante sufre de histeria. Pero esta histeria no es la típica histeria que dejaba a varios científicos del siglo XIX rascándose la cabeza. No, sino que más bien es un tipo de histeria más atenuada, es esa histeria que realmente vuelve loco al resto del universo. ¿Por qué? Muy bien, pues este tipo de histeria se caracteriza por aquellas mujeres que, sin saberlo, vuelven locos a los judíos, porque les hacen creer que están perdidamente enamoradas de ellos. Y es mentira. Pero lo peor es que ellas no saben que están siendo crueles con los pobres judíos, que encima sienten culpa, porque con el correr de estas experiencias de seducción y posterior rechazo, empiezan a pensar que son unos perversos inmundos que no saben distinguir una indirecta -digámoslo así- de algo que no lo es.
Lo peor de la situación no ha sido mencionado todavía: Tailandia está repleta de judíos que periódicamente peregrinan a esas tan orientales tierras para celebrar el shabbat.
Entonces el problema es complejo. Y aun peor para los judíos gordos, esos que no pueden dejar de tomar vino y de hacer cursos. Ese tipo de personas -¿quién no conoce una?- realmente sufren estas situaciones, y se deprimen muchísimo: comen sandías con chucrut sin descanso, o leen libros de autoayuda que sólo les hacen peor, o empiezan a mirar fotos de cuando eran jóvenes y buenas personas.
Quien aquí escribe considera pues necesario que todos juntos vayamos a tocarle la puerta al administrador de patologías, que todos sabemos muy bien dónde vive, y le pidamos que haya en Tailandia más fóbicas y más obsesivas.

viernes, marzo 04, 2005
 
despertar junto a zeblox y la libertad apasionada
Vino con Sandía se despierta con todos los sentidos dispuestos a enfrentar la armoniosa gracia de los días. Vino con Sandía se despierta sin rencores, y sin culpa por los abusos cometidos anteriormente. El enriquecimiento lícito emerge cuando Vino con Sandía amanece, amanece bajo el sostén de las obras universales creadas por el maestro Zeblox.
Armando Zeblox, un señor que todo lo puede ver, un verdadero voyeur que contrasta felizmente con estos tiempos tan perversos en los cuales la mirada y la vista no nos son permitidas.
Zeblox -y Vino con Sandía, por consiguiente- permite ese espacio recreativo, ese espacio lúdico en el cual a nada se le debe temer. No, a nada. Vino con Sandía, gracias a la mano de Zeblox, es la libertad misma.
Y la libertad es eso que queremos todos: 143.556 entrevistados del mundo han admitido que la libertad es el bien al que todos anhelamos (1). Y eso es insoslayable. Más insoslayable aun es el hecho de que Vino con Sandía alumbra y señala el sendero no tan luminoso de la libertad.

(1) Fuente: The País Desconocido Times, 24/6/04

jueves, marzo 03, 2005
 
reminiscencias
La última vez que lo vi fue en la Plaza Francia, en los años cuarenta. Pese a nuestras diferencias, cantamos juntos la Marsellesa unas veinte veces. Había caído París y eso nos unía a todos los estudiantes. La Historía nos estaba dando la razón.

Claro que también cantamos "aquí está / el cajón / para Farrel y Perón". Parece que el generalísimo ni se enteró del cajón que le teníamos preparado y decidió quedarse por diez años más.

La cuestión es que esa fue la última vez que lo vi a Armando Zeblox. Lo curioso de él era que se presentaba siempre de una manera distinta. Esa vez se me presentó como estudiante de filosofía. Una semana antes me lo había encontrado en la Biblioteca Nacional y dijo que era biólogo. Buscaba información sobre la reproducción del colibrí.

Era sorprendente como Zeblox asumía sus papeles a la perfección. Hasta lograba que uno casi se olvidara de que una semana antes había tenido otra profesión.

Después de ese día sólo recibí rumores de él. Supe de su relación con Emma Luna, mi compañera de la facultad. Supe de su asociación con Vladimir Mir, el ucraniano con el que diseñó los primeros lavarropas fabricados en nuestro país. Supe de su actuación en Hair, en una compañía teatral chilena.

Un hombre así podría haber sido cualquier cosa. Por eso es una inspiración constante para escribir sobre él. Basta sólo con preguntar por ahí para escuchar una historia fascinante sobre Armando Zeblox.

 
reclamos y pedidos
Vino con Sandía se exalta, se viste de mujer, se desviste, se mira al espejo y se saca todos los puntos negros de la cara. Y reflexiona: ¿Dónde están nuestros lectores de antaño? ¿Seguirán de vacaciones? Vino con Sandía recuerda aquellos clásicos lectores que leían ininterrumpidamente nuestros también clásicos primeros posts. Recibíamos cartas que afirmaban que varios de ellos leían Vino con Sandía de dieciocho a veintiséis veces por tarde, lo cual realmente nos ponía contentos.
Hoy no nos pone contentos ni el precio del chucrut ni la cotización del peso guyanés, y eso es muy triste. Es muy triste porque nos hemos quedado sin sustento alimenticio ni financiero. Armando Zeblogs, nuestro asesor de finanzas, hace tiempo ya que no contesta nuestros reclamos: nos ningunea desde su paraíso fiscal. Por otro lado, Wenceslao, nuestro cocinero boliviano, ha vuelto a su país natal a la búsqueda de un trabajo mejor.
Por lo tanto, pedimos a nuestros no tan clásicos lectores tengan a bien realizar alguna que otra donación monetaria, y además adjuntamos una lista de aquellos productos o subproductos que nos vendrían bien para continuar: pan, queso, arroz, cebollas de verdeo, lentejas, leche condensada, alcauciles, paté de foie, picadillo de carne, vinagre de soja y jengibre.