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vino con sandía       

Armando Zeblox
viernes, mayo 12, 2006
 
El secreto está en la Soda
Eso me dijo Ramón cuando le pregunté qué había pasado. Yo estaba confundida, por los anti estamínicos y por las albóndigas de Carla, que me cayeron como tornillo al champignon. Vos de eso sabés, porque cuando eras chiquito, a ver dejame sentarme acá, bueno vos además de comer tierra comías tornillos. Y así fue como te quedaste sin dientes, Aurelio.
Te decía, que el secreto, me dijo Ramón, está en la Soda. Yo no sé si es verdad o no, porque le pregunté a Carla y no me supo responder. Vos que estás en el negocio del refrigerio, sí, no me pongas esa mueca de desconfianza: ¿arreglás o no arreglás aires acondicionados? Entonces no te hagas el desentendido que sabés muy bien para qué vine a visitarte Aurelio. Y no, no vine antes justamente porque no tenía nada más que decirte. ¿De qué me ibas a hablar? Si acá la que siempre saca temas soy yo, porque vos te quedás callado o te hacés la paja mientras miramos un noticiero. Sabés que aunque seamos hermanos, nuestra relación tiene sus puntos de quiebre, vos lo sabés más que nadie, sobre todo porque estás fracturado.
Pero bueno, ¿qué se siente estar así? Seguro que te dieron esta habitación porque tenés cara de santo, pero sos menos santo que tu tía. Desde la cama ortopédica ves todo, ¿no? Como que subís, bajás, y si subís así el respaldo, ¿qué es? ¿Con este botón? Nah.. no te puedo creer mirá tenés llamador de enfermera y todo. Después se quejan de que los hospitales públicos no andan, pero este es una máquina.
Bueno no vas a decir nada, está bien. ¿Vos ese flan no lo comés no? Nunca te gustó el flan, así que me lo como yo, total si ven que no comés te lo van a meter por el culo, así que te hago un favor.

Minutos después...

Bueno Auri, como dice mi amiga Romina, pájaro que comió, voló. Me voy rápido que tengo clase de step y después yoga, necesito estirar el cuerpo viste. Cuando vos salgas de acá te llevo, total son gratis, ahí en Palermo.
Chau Auri, un gusto verte bien.

miércoles, mayo 03, 2006
 
La flasheamos con los pibes desde la combi
Con la barra salimos de la metro para seguir la gira, re del gorrín. Teníamos por delante una noche espesa y extensa: dos cabarulos de Hurlingan y tres bares de Burzaco. Y digo bares, porque se re ponían, con mesas y todo. Pero después pasamos por la cava, y ahí estaba, tu casa. Cuántas veces llegué y toqué el timbre, y esperé escaleras abajo que aparecieras, descalzo, con el brazo hacia atrás, buscando algo en la espalda, un pedazo de goma eva o espuma salida del almohadón... rasqueteando la panza como diciendo tengo hambre... mirando con una pícara sonrisa, como el día que volví de las Toninas, y sabías que nos íbamos a pelear... o querías pelearte, al menos eso le dijiste a tu mamá cuando le pasaste el mate. No pongas esa cara Leonel, me lo secreteaste después de hacer el amor. Después de toquetearnos se te escapa todo, no te diste cuenta?
Pero la combi siguió, y tu casa quedó cuadras atrás... entre los pasillos de ese viejo barrio. Qué será de tu vida, Leo.