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vino con sandía       

Armando Zeblox
martes, abril 17, 2007
 
suicidio
Entiendalo, lector, nosotros sí nos vamos a suicidar.

Usted no. Usted es más bien un papanatas que tarda dos horas en decidir si sale o no con paraguas en un día nublado.

Usted, señor lector, es el culpable de todo esto. Usted nos leyó, nos dió su atención, se enamoró de VCS, nosotros nos enamoramos de Usted, pero en cuanto empezamos a rendir menos Usted nos abandona. Bajo la lluvia santafesina.


Adiós, lector cruel. Que nuestra desaparición le destruya la conciencia.

 
suicidio
El escritor se va a suicidar, lectores. Y el suicidio es increíble, genial.
Estamos haciendo apología del suicidio y queremos que alguien nos denuncie. Queremos salir en Telenoche Investiga.
Esto se llama "polemicart" y fue inventado por la versión porno de Armando Zeblogs, cuyo alias era Zebloxxx, mucho antes de la globalización y toda la basura posterior, allá por el año '48, cuando todavía ni siquiera se les había ocurrido derrocar a Perón.

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suicidio
Mientras el tren le amputaba las piernas y los engranajes calientes le chamuscaban la carne abierta, era feliz. Por fin algo le ocurría. El aburrimiento en que había estado sumido los últimos meses había sido demasiado aburrido.

Zeblox me relataría la historia de su amigo el suizo una y otra vez y agregaría siempre una moraleja que diría más o menos así: "el suicidio es una actividad bastante interesante, pero lamentablemente puede practicarse una sola vez en la vida".

lunes, abril 16, 2007
 
Oh padre.
Niño debil, no tiene brazos porque se masturba, porque reprime la masturbacion. Arroba, arropa, roba el amor del padre. Arroba, aroma, se hace cacona. Feo, tiene mas vueltas que una orejita. No es frontal, no es lineal: se retuerce en sus propias vísceras. La ingenuidad de un tonto lacerado en su íntima autopercepcion desolladora.
Señalo fantásticas maceraciones inoculadas por una vía sin retorno que seguro, conduce al camino equivocado, o no.
El fantasma aceha desde la puerta de uno mismo y provee deshechos fatuos que, por irreverentes, pasamos a la cajita feliz de Mc donalds: la estupidez humana expresada en una síntesis maquiavélica.

Hola amigos

Silencio.

El efecto deus ex machina se produjo. Y fue para ya no ser.
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"Lo que escribo sabe de mí más que yo mismo" dijo Zeblox una noche.